¿Cómo se comunica con su hijo? Una forma: La Escucha Activa
La escucha activa es E S C U C H A R en mayúsculas; su principio básico es la aceptación y constituye una herramienta fundamental para la comunicación con los niños. Hacer uso de ella le ayudará a que el niño gane confianza y seguridad a la hora de contarle todo lo que pase por su cabeza y por su corazón. Lo importante aquí es CONECTAR ANTES DE EDUCAR ¿Quiere saber cómo conseguirlo? Siga leyendo.
Cuando nos comunicamos, lo hacemos desde dos lugares muy diferentes:
Lo RACIONAL: son aquellas creencias, conocimientos del mundo, pensamientos, ideas, etc.
Lo EMOCIONAL: aquí entran en juego las sensaciones, los sentimientos y las emociones.
Cuando usamos la escucha activa primero ponemos atención a lo EMOCIONAL: ¿Que parece estar sintiendo la otra persona?, ¿está nerviosa, contenta, enfadada…? Para obtener esta información nos fijamos en su tono de voz, gestos, mirada, postura corporal…
A continuación vemos un ejemplo de una misma situación abordada por ambos tipo de respuesta:
Ejemplo con respuesta racional:
El niño llega del colegio y dice gritando: “Ya no quiero ir más al cole, odio ir al cole”. El padre responde: “¡Calla hijo, no digas tonterías!, mañana irás al cole porque es tu obligación”.
En este caso, la respuesta del padre solo tiene en cuenta la parte racional , que es que su hijo debe ir a la escuela y no puede dejar de hacerlo sin más.
Ejemplo con respuesta emocional:
El niño llega del colegio y dice gritando: “Ya no quiero ir más al cole, odio ir al cole”.
El padre responde: “Parece que hoy has tenido un mal día en la escuela, ¿te apetece contarme que ha pasado?”
En este caso, el padre tiene en cuenta la emoción de enfado del niño, empatiza con él y su respuesta atiende una posible necesidad del niño―que podría ser la de desahogarse― y facilita que la comunicación entre ambos continúe.
¡Ahora pongamos en práctica lo aprendido, brevemente!
■ Piense rápidamente cuál sería su respuesta inmediata ante la siguiente situación, no lo reflexione, simplemente déjese llevar por lo primero que le viene a la cabeza:
– El niño llega a casa y dice que hoy lo han castigado en la escuela.
¿Ha utilizado una respuesta emocional o una respuesta racional? ¿Cómo cree que se sentirá su hijo ante esa respuesta? Si no está contento con su posible resultado, pruebe a cambiar su respuesta por otra que le haga sentir más satisfecho.
■ Practique la ESCUCHA ACTIVA, que se basa en dirigir toda la atención a quien nos habla, requiere presencia absoluta en la otra persona ―nadie es capaz de hacer una escucha activa mientras hace una tortilla o envía un email―. No obstante, incluso con todos nuestros sentidos puestos, siempre interpretamos; esto nos lleva a otra de las características de la escucha activa: no solo se trata de entender lo que siente la otra persona, sino de tener la certeza de que hemos comprendido realmente lo que quería decir, y para asegurarnos es muy útil transmitir lo que hemos entendido, y así evitar malentendidos.
■ Por último, tome contacto físico con su hijo (toque su brazo, baje a su altura poniéndose en cuclillas…) para mantener una comunicación fluida, y no piense en nada mientras él le habla; toda su atención debe estar centrada en él.
¿Cree que mejoraría la comunicación con su hijo si empezara a poner en práctica la escucha activa? Si su respuesta es afirmativa, aquí le dejo unos pequeños consejos para ponerla en práctica:
– Acepte a su hijo de manera incondicional.
– No lo juzgue.
– Muestre interés por las cosas que le pasan.
– Obsérvese cómo se comunica con otras personas.
-Utilice mensajes del tipo: “Comprendo cómo te sientes”, “mmm…muy interesante”, “parece que eso es muy importante para ti”, “cuéntame más”, “me gustaría escucharte”…
Valeria Aragón
Coach infantil y familiar.
Libro recomendado:
Padres eficaz y técnicamente preparados, de Thomas Gordon