Cómo puedo ayudar a mi hijo a actuar de una manera asertiva
Asertividad es la habilidad social que nos permite defender nuestros derechos sin dañar a las demás personas ni ser dañados. Esto no siempre es fácil, sobre todo si durante nuestra infancia no lo hemos aprendido; por ello, nuestra gran responsabilidad como padres es enseñar a nuestros hijos ―con el ejemplo de los propios comportamientos― a tener conductas asertivas.
De manera generalizada existen 3 patrones de comportamiento que normalmente utilizamos las personas ante situaciones de conflicto:
En primer lugar hablaré del comportamiento sumiso. Cuando nos comportamos de forma sumisa no defendemos nuestros derechos e intereses personales, respetamos a los demás pero no a nosotros mismos. Por ejemplo cuando, ante una situación que considero injusta, mi reacción es agachar la cabeza y permanecer en silencio; pienso que mi opinión no importa y eso me hace sentir incómodo, impotente.
El segundo patrón de comportamiento es el agresivo, que se traduce en defender en exceso nuestros derechos e intereses personales, sin tener en cuenta los de los demás. En este caso, siguiendo con el ejemplo anterior, ante una situación que considero injusta mi reacción es elevar la voz y contraatacar, pensando que ahora solo yo importo, que lo que tú pienses no me interesa, pero esta actitud me hace sentir una ansiedad que va en aumento.
Por último está el comportamiento asertivo. En estas situaciones conozco mis propios derechos y los protejo, pero a la misma vez respeto a los demás y escucho sus argumentos activamente. Si se plantea una situación conflictiva hablo de forma fluida y segura, defiendo mis derechos y creo en ellos, y la sensación que obtengo es de control emocional.
Lo ideal es tener un comportamiento asertivo en la gran mayoría de las situaciones conflictivas que se nos planteen, pero esto no siempre es tarea fácil. Por ello, a continuación le explico una técnica sencilla que puede utilizar cuando se le presente una situación que le pueda “sacar de sus casillas”:
■ Esta técnica es la “técnica sándwich”. Le animo a que la practique en alguna situación con su hijo en la que no tuvo el resultado que esperaba, ya sea un conflicto o algo que no sabe cómo decirle.
- En la primera capa del sándwich, la parte blandita, formulamos un mensaje positivo con el cual le expresamos a la persona que comprendemos su postura ante la situación. Utilizamos mensajes del tipo: “Entiendo que…”
- En la segunda parte está la “chicha”; aquí expresamos nuestras observaciones mediante información lo más objetiva posible (sin juicios), se trata de concretar la conducta que me molesta; y a continuación expreso mi petición explicando cómo me siento. Por ejemplo: “Cuando te comportas……………..yo me siento……………..”
- Por último volvemos a la parte blandita, en la que expresamos nuestro agradecimiento; podemos agradecer su atención, su escucha o su predisposición para que la situación mejore.
Un ejemplo completo de la técnica sándwich podría ser el siguiente: “Entiendo que tienes muchas ganas de jugar, y que te encanta pintar, además haces dibujos geniales; sin embargo, el hecho de que pintes en la pared me enfada y me pone triste, ya que luego tengo que dedicar tiempo a limpiarlo y después estaré cansada y no podremos jugar juntos. Sé que cuando lo has hecho seguramente no habías pensado en esto, pero ahora que ya lo sabes te pido que, cuando quieras pintar, me pidas un folio y yo te lo doy encantada. Gracias por estar tan atento y por hacerlo de ese modo a partir de ahora.”
¿Se ha planteado en qué situación le gustaría practicar esta técnica con su hijo? ¿Cree que le sería útil para resolver el conflicto? ¿Cómo cree que se sentirá su hijo si le habla de esta manera? ¿Y usted?
La capacidad de ser asertivo no se hereda, no es algo innato, sino que se aprende socialmente a lo largo de la vida; y, como todas las habilidades sociales, solo se aprende con la práctica. Los niños van aprendiendo a compartir, negociar, ceder el turno, etc. No es cierto que cada niño “tenga dentro” el ser agresivo o el comportarse como un pedazo de pan. Si son de esta manera es porque lo están aprendiendo en su familia, en el colegio, con sus amigos… Cuando decimos que a Fulanito “le viene de familia” no significa que lo ha heredado, sino que lo está “absorbiendo” día a día.
■ Para finalizar, le recomiendo un juego para hacer con los niños y empezar a practicar el ser más asertivos:
‹‹Plantee una situación conflictiva, por ejemplo: “Estás de excursión y, después de comer, te das cuenta de que ninguno de tus amigos recoge los desperdicios”, y a continuación pregúntele: ¿Qué harías? ¿Cómo te sentirías? ¿Cómo crees que se sentirían tus amigos y qué harían?
Anime al niño a que dé en primer lugar una respuesta, así podrá comprobar qué patrón de comportamiento de los mencionados anteriormente utiliza, y a continuación jueguen a responder desde diferentes perspectivas, es decir, qué harían y sentirían otras personas (por ejemplo, su profesor, alguno de sus compañeros…) en esa situación.››
Identifique el patrón de comportamiento que usted utiliza y no pierda de vista que su hijo le imitará, y una vez conocido esto: ¿Cómo le gustaría que se comportara?
Equipo Pequeños Pensadores
RECOMENDACIONES
Libro:
“La asertividad, expresión de una sana autoestima” de Olga Castanyer
Videos:
La Asertividad ¿Sabes lo que es?