La emoción de asco Comportamientos dañinos
La emoción de asco se produce cuando existe un peligro o amenaza para nuestra salud. Generalmente se manifiesta ante ciertos animales, alimentos, sustancias malolientes, etc. Esto tiene su lógica y es que podrían ser portadoras de elementos dañinos para nuestra salud. Pero no solo este tipo de cosas ―que pueden ser claramente perjudiciales para nuestra salud― producen asco, también existen ciertos comportamientos y personas que pueden hacer que aparezca en nosotros una sensación de repugnancia. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es algo adaptativo y beneficioso para la salud?
Cuando una situación, persona o cosa nos produce una emoción de asco nos está diciendo que existe una necesidad que no está siendo cubierta, ¿qué necesidad cree que le estará pidiendo cubrir cuando siente asco hacia un comportamiento, como ver que están pegando a un anciano en mitad de la calle? Esta emoción le está indicando que debe distanciarse de eso, pues es perjudicial para su salud; además, esta emoción ―ante situaciones de estas características― puede ir unida al enfado, la rabia o la ira.
Con todas las emociones hemos de seguir el mismo procedimiento de actuación, primero escuchar qué necesidad no está siendo cubierta y después actuar, buscando el modo de satisfacer dicha necesidad. En el caso de los niños podemos observar que, en algunas ocasiones, tienen reacciones de distanciamiento hacia personas, situaciones o cosas; cuando esto ocurra será bueno que se pregunte: ¿qué es exactamente lo que le está produciendo rechazo de la situación? ¿Por qué ocurre esto? Para diferenciar si el rechazo es causado por un miedo o por asco será importante que observe la expresión facial y la postura corporal de su hijo. Cuando sentimos asco fruncimos el ceño, levantamos una ceja y torcemos el labio, la reacción del cuerpo es la de echarse para atrás de manera instantánea, mientras que cuando la emoción es de miedo los ojos se abren y se arquean las cejas, el cuerpo se contrae y tendemos a taparnos alguna parte de la cara y nos ponernos tensos.
Cuando el niño exprese asco hacia algo o alguien y consideremos que no es algo normal, es importante que le preguntemos al niño ―una vez que estemos fuera de la situación― qué puede ocurrirle con esa persona o cosa. Puede que le recuerde algo que anteriormente le produjo asco y simplemente esté asociando esa persona o cosa con lo que le ocurrió, o que realmente exista una causa importante por la que el niño está sintiendo esa emoción.
En cualquier caso, el asco nos pide disociarnos/alejarnos de algo concreto, y en la medida en que lo hacemos nos mantenemos en un estado de comodidad; el problema es cuando eso que da asco no podemos quitarlo de nuestra vida, como un maestro, un familiar, un igual… en ese caso es fundamental conocer qué es eso exactamente que pide a gritos distancia y descartar cualquier origen grave como abusos, desprecios, etc.
Recuerde que todas las emociones cumplen una función adaptativa y no debemos ignorarlas, pues nos dan información muy valiosa sobre lo que es bueno o malo para nosotros mismos y nos ayuda a ponernos en acción.
Valeria Aragón
Coach Educativa y familiar