El crecimiento personal en The Legend Of Zelda: Breath Of The Wild
El crecimiento personal encuentra muchas metáforas en cualquier tipo de arte. Películas para inspirar un cambio, música que nos acompañe en según qué momentos; incluso poesía para reflejar nuestros pensamientos más íntimos. Pero hay un arte que mencionamos poco a la hora de hablar de crecimiento personal: el videojuego. En este artículo, vamos a hablar del crecimiento personal infantil a través del videojuego The Legend Of Zelda: Breath Of The Wild (2017, Nintendo Switch)
El crecimiento personal infantil en The Legend Of Zelda: BOTW – Autonomía, gestión de recursos y foco en el presente
The Legend of Zelda: BOTW traslada a nuestros hij@s a un gigantesco reino llamado Hyrule. Nos despertamos como Link, un caballero de este reino que ha perdido la memoria. Y el continente que encontramos poco se asemeja a la idea de “reino”: Hyrule es un gigantesco paraje natural, a rebosar de flora y fauna en su más puro estado, pero también lleno de ruinas. Poco después de despertar, descubrimos que un evento llamado “El Cataclismo”, ocurrido hace cien años mientras Link dormía en una cámara de hibernación, ha transformado este poblado reino en lo que es ahora. Y es nuestra misión evitar que este Cataclismo arrase con lo que queda de reino.
Y aunque poco a poco iremos recuperando nuestra memoria, Link está muy centrado en el presente. Centrado en re-descubrir el gigantesco reino que una vez conoció y protegió, pero que ahora hemos olvidado. Sin recuerdos, sin un pasado sobre el que compararnos (y juzgarnos), nuestro foco solo existe aquí y ahora. En un ENORME (en mayúsculas) territorio que una vez conocimos… pero que hemos olvidado.
¿Cómo se conjugan, entonces, crecimiento personal infantil y videojuegos? Se comienzan a hilar desde el momento en el que The Legend Of Zelda hace que nuestros hij@s sean autónomos. The Legend of Zelda: BOTW coloca a nuestros pequeños en el cuerpo de Link, que tiene que vivir y adaptarse en un entorno natural. Eso implica hacer uso de todos los recursos que la naturaleza tiene que ofrecer.
Manzanas, setas, cebollas. Madera, piedras para encender fuego. Carne, pescado, arroz, sal. Minerales, ropa, calzado, escudos y armas. La naturaleza provee, y nuestros pequeñ@s deben ingeniárselas para combinar, utilizar y gestionar estos materiales. Y no penséis que esto es secundario para jugar, porque es uno de los principios más importantes del juego.
A ritmo de pequeños tutoriales, BOTW confía en que sus jugadores pueden ser autónomos. Confía en que tienen las capacidades suficientes como para gestionar sus recursos, en su capacidad lógica. Y hacer uso de estos recursos provoca una sensación muy satisfactoria: nuestros hij@s descubren que, frente a un entorno natural, son capaces no sólo de hallar los recursos que necesitan, sino también de combinarlos y gestionarlos de la forma adecuada.
El crecimiento personal infantil en The Legend Of Zelda: BOTW – La frustración y el trabajo en equipo
Pero si hay una auténtica metáfora de aprendizaje para el crecimiento personal infantil en The Legend Of Zelda, esta existe, precisamente, en el trabajo en equipo. Al recuperar nuestra memoria, descubriremos que, en el pasado, Link era el caballero protector de la princesa Zelda, heredera al trono de Hyrule y co-protagonista de la historia.
Y la personalidad de Zelda es la de una adolescente partida entre aquello que el mundo le exige ser, y su frustración por no poder serlo. Por más que lo intenta, Zelda no consigue despertar los poderes que Link y sus cuatro compañeros ya han adquirido. Y esto hace que Zelda tenga una actitud molesta e infantil con Link: ve en él todo lo que ella aún no ha conseguido, y cree que Link la mira con inferioridad.
La historia de Zelda y Link es una genial metáfora para hablar con nuestros hijos de talentos, frustración y sinceridad. “¿Te sientes como Zelda en el cole?”, “Para ti, ¿quién es Link?”. Porque, a través de ellos, encontramos un reflejo de la frustración, el entrenamiento, las expectativas y el ansia de reconocimiento.
Pero, aunque la relación entre Link y Zelda parece destinado al fracaso, la realidad es bien diferente. Link y Zelda no sólo mejoran su relación a lo largo del juego, sino que se convierten en un auténtico equipo. Una pareja que cubre sus espaldas mutuamente apoyados en sus compañeros. Unos compañeros que representan lo mejor de las cinco razas del reino, y que prueban, a lo largo de los recuerdos, que el trabajo en equipo y las conexiones aumentan el bienestar de cada individuo.
Hyrule es un reino multicultural, pero unido por un solo propósito: evitar que el Cataclismo arrase con las vidas de todos sus integrantes. Y frente a la amenaza, la única respuesta es la unidad. Y en esta misma unidad, encontramos las vidas de razas muy dispares a la humana, pero tremendamente unidas a lo que nos hace humanos: la conexión entre seres vivos.
En definitiva: podría escribirse un gran artículo para examinar las ventajas educativas que ofrece The Legend Of Zelda: BOTW. Pero, en su lugar, os dejamos con el vídeo que hicimos hace poco en Burradas Educativas donde analizamos todo lo que este juego ofrece desde un punto de vista de coaching y crecimiento personal.