Cómo fomentar el sentido del humor en la familia
Saber tomarse la vida con sentido del humor beneficia a su salud y, además, es algo que se contagia y se trasmite a quienes le rodean. Tener sentido del humor no significa pasarse el día contando chistes y haciendo el tonto, sino que se trata de afrontar las dificultades que se nos plantean en el día a día con una actitud positiva. Nos ayuda a crear ambientes relajados donde se puede dialogar cómodamente y, en gran medida, nos protege del estrés. ¿Le gustaría fomentar el sentido del humor en su hogar y obtener todos estos beneficios?
Para ayudar a sus hijos a que aprendan a vivir con sentido del humor y una actitud positiva lo primero es que usted mismo comience a seguir unas pautas que le ayudarán a ser ejemplo para sus hijos, pues recuerde que la mayoría de las cosas que aprenden los niños es por observación.
Podemos alegrar nuestras vidas alegrando nuestros hogares, y una buena herramienta es incluir el humor en casa y fomentar una actitud optimista ante las dificultades. Para ello, en primer lugar piense qué cosas hacen que en su cara aparezca una sonrisa y le hacen sentir relajado y contento; puede ser, por ejemplo, el quedar a charlar con un amigo, ver una comedia en el cine, bailar con la música a máximo volumen, leer un libro divertido, etc. ¿Cuántas cosas se le ocurren? ¿Con que frecuencia las hace? Le propongo que aumente el número de veces que realiza estas acciones a poder ser al doble, ya que esto hará que su humor mejore y lo transmita a los demás miembros de su familia. Además puede comenzar a compartir algunos de estos momentos con ellos, si todavía no lo hace.
La segunda acción es utilizar mensajes en positivo, “el lenguaje crea” por lo que son muy importantes las palabras que salen de nuestras bocas. Lo que digamos podrá hacernos sentir conforme a lo que el propio mensaje dice, por ejemplo: si llegamos a casa tras un día duro podemos cambiar el decir: “Hoy he tenido un día horrible” por “Qué bien que ya estoy en casa y puedo darme una ducha relajante”. La clave está en intentar ver el lado positivo de lo que le ocurra y transmitirlo de esa manera.
Otro elemento inseparable del sentido del humor es la risa. Aproveche todas las oportunidades que le brinde el día para sonreír. Con esto no hablo de reírse a carcajadas, sino de aprovechar cualquier detalle que le haga sentir bien para ponerle una sonrisa a su rostro; esto hará que aumente su sensación de bienestar y ayudará a los demás a contagiarse de esa sensación, de ese bienestar.
Además de implementar a nuestra vida diaria este tipo de acciones también podemos propiciar momentos en los que fomentemos la risa y un ambiente de buen humor. Algunos ejemplos:
■ Realice acciones inesperadas, por ejemplo, póngase la camiseta del revés y haga como si nada ocurriera; esto, probablemente, provocará una carcajada en quien se dé cuenta, y además estará propiciando que el resto de miembros de su familia aprendan también a reírse de pequeños errores como ése, aumentando así el buen humor en su hogar.
■ Hagan caricaturas en familia; esta actividad ayudará a tratar con humor los pequeños defectos al mismo tiempo que fomentará la creatividad.
■ Cuando su hijo tenga alguna dificultad para realizar una tarea y se sienta bloqueado puede ayudarle pidiéndole que imagine cómo resolvería ese problema algún personaje de dibujos animados que le guste. Por ejemplo: “¿Qué haría Bob Esponja si no consiguiera atarse los cordones?”
■ Cuando su hijo no haya hecho las tareas de la casa puede dotar de vida a aquellos objetos que tenía que utilizar para realizar la tarea; por ejemplo, si al niño le tocaba bajar la basura y no lo hizo, le diría: “Fulanito, el cubo de la basura ayer te echó de menos, me pide que por favor no vuelvas a olvidarte de él”.
Estas acciones le ayudarán a crear un ambiente familiar propicio para tratar las cosas con buen humor, teniendo en cuenta cuáles son los límites y las normas que previamente se han marcado dentro de la familia.
Equipo Pequeños Pensadores.