Coaching Infantil

Los niños nos preocupan, ya se ha demostrado que durante la infancia los niños tienen “una piel muy fina” que deja traspasar todo; lo que viven, lo que les decimos, les dicen o no dicen y todo les marca notablemente, creando miedos y bloqueos que siempre se pueden superar.

La mayoría de los “problemas” cotidianos que manifiesta un niño, no es una cuestión patológica, pero en la sociedad etiquetamos rápidamente, con términos que no han sido previamente diagnosticados por profesionales sanitarios, como por ejemplo: “Mi hijo tiene déficit de atención”, “Es hipercativo, no para”, “Tiene ataques de ansiedad en los exámenes”, “Tiene depresión, no quiere salir”, “Es Bipolar, tan pronto es bueno como que es malísimo”, “Esta obsesionado de forma compulsiva con la consola”, etc

Pero los niños, son niños, van a quererlo todo, van a quererlo ya, y harán todo lo que esté en su mano -de forma consciente e inconsciente- para cubrir sus necesidades de atención y amor.

Esas necesidades toman muchas formas a nivel de comportamiento, por ejemplo: actitud rebelde o sumisa en exceso, dejadez o hiper-responsabilidad en los estudios / casa, dificultad para expresar emociones o gestionarlas, timidez, hipersensibilidad a la crítica, intolerancia la frustración etc.
El Coaching infantil, no pone en el acento en el problema, lo pone en los muchos recursos que tiene el menor y su entorno para que el niño se desarrolle plena y satisfactoriamente. Para ello a través diferentes técnicas y juegos, el niño toma consciencia e integra aquello que le hace falta para sacar todo su potencial. Obviamente los padres tienen un papel fundamental, participando en las sesiones a nivel familiar para tomar consciencia de cómo contribuir al cambio, dejando ciertos creencias y patrones que mantenían el problema.