LAS EMOCIONES SON ACCIONES.
La emoción lleva siempre a la acción de ahí de su importancia de saberla gestionar tanto en nosotros como en el otro. ¿Pero qué genera las emociones? Nuestro pensamiento, y esto es aún más importante. Enseñamos a los niños a vivir en su mente, les decimos que son lo que saben, lo que consiguen en el cole, que son lo que tienen, que son lo que les ha pasado… Una persona es mucho más que todo eso, es lo que permanece incluso cuando nada de eso está. Sin embargo son esos pensamientos los que nos generan emociones y éstos a su vez nos llevan a la acción. Por ejemplo, si pienso que SOY tonto porque he suspendido un examen, me sentiré triste y abatido, y puede que por ello reaccione de forma agresiva en el patio para evitar que me vean triste. Mientras que si como niño, sé que soy mucho más que eso, comprenderé que sólo tengo que hacer algo de forma diferente para conseguirlo, sin sentirme tonto por ello.
En mis talleres buscamos que los niños tomen consciencia de su pensamiento, porque aquello que elijan pensar condicionará lo que sienten y posteriormente lo que hagan, por ejemplo pensar que no voy a poder hacer algo, va a evitar que lo pueda hacer. La conversación que todos tenemos en nuestra cabeza debemos observarla desde niños, y aprender a cambiarla por una saludable que nos ayude a ser la mejor versión de nosotros mismos en cada momento, y para ello debemos se ejemplo como padres o como maestros.
Considero fundamental que los niños aprendan a identificar sus emociones con un vocabulario rico, y a comprender su intención positiva, por muy incómoda que sea esa emoción, pues como decimos en clase “nada de lo que siento es bueno ni malo, simplemente aparece como mi amiga para decirme algo que debo hacer por mi”. Una vez comprendido esto, la empatía, la asertividad, la escucha activa es mucho más sencilla de trabajar.
Si algo hace especial Pequeños Pensadores es que los niños pueden ser al menos dos horas a la semana lo que ellos quieran, SER ELLOS MISMOS, sin etiquetas, sin límites, sólo sus talentos y su responsabilidad. No confundimos jamás sus comportamientos con lo que realmente son, porque en Pequeños Pensadores, todos los niños son perfectos tal y como son.
Me siento muy feliz por haber sido capaz de crear un espacio así.
Valeria Aragón