Cómo conseguir que mi hijo sea responsable Motivación intrínseca vs. motivación extrínseca
Dedicamos gran parte de nuestra vida a prepararnos para conseguir el trabajo ideal que tanto deseamos, estudiamos, pasamos noches sin dormir, nos esforzamos duramente por conseguirlo… y una vez que lo logramos, nos acomodamos, vivimos la semana deseando que llegue el fin de semana para dedicarle tiempo a un nuevo hobby y afrontamos el día ansiosos de que llegue la hora de salida del trabajo para “desconectar”. Es decir, de repente, esa gran motivación que teníamos por conseguir dedicarnos a esa profesión tan anhelada disminuye drásticamente. ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo puede evitar que su hijo se desmotive como le pasa a muchas personas? La clave de esto la encontrará si sigue leyendo.
Existen dos estilos de motivación que mueven a las personas a hacer algo:
Por un lado tenemos la motivación extrínseca; en este caso, nuestro motor para la realización de la acción es una recompensa externa. En el ejemplo antes mencionado, una vez he conseguido el trabajo deseado es muy probable que mi motivación caiga en picado si ya solo trabajo por conseguir un sueldo a fin de mes.
Por otro lado encontramos la motivación intrínseca, que se da cuando una actividad se realiza por gusto, como un hobbie. En esta ocasión la recompensa está en el puro placer y satisfacción personal que nos produce el realizar la acción. Por ejemplo, en el caso de aspirar a conseguir un determinado trabajo, la motivación intrínseca es la satisfacción de ver cómo poco a poco voy acercándome al objetivo, gracias a las pautas que me marco; no lo hago por recibir nada material o la palmadita del jefe, sino que lo hago porque quiero.
¿Ha recibido alguna vez su hijo un regalo material por haber aprobado en el cole?
Esto no quita que usted pueda regalarle, por ejemplo, una bicicleta cuando lleguen unas buenas calificaciones después de un trabajo duro; sin embargo, es esencial que lo enfoquemos como un regalo porque se encuentra feliz de que haya aprobado todo este verano y así tener más tiempo de salir con él a disfrutar con la bici. Algo que a priori no parece tan relevante es esencial ya que, si se da el regalo porque ha aprobado, cambiará su significado e influirá de manera muy diferente en la motivación de su hijo, y ¿cree que el próximo curso volverá a esforzarse con la misma intensidad si ya no hay un regalo como la bicicleta? Y si hubiera otro regalo de nuevo, ¿se esforzaría por tener buenas calificaciones o por recibir el regalo? ¿Qué ocurrirá si en algún momento ya no se le puede comprar ningún regalo?
Desde muy pequeños los niños se mueven por pura motivación intrínseca: les gusta explorar, investigar, conocer, lo preguntan todo porque todo lo quieren saber, curiosean por todas partes… ¿Por qué cree que esto cambia con el paso de los años? ¿Cómo influye en este cambio el mundo que le rodea?
Cuando empiezan en la escuela esta motivación se modifica, ya que el niño empieza a estudiar para aprobar un examen y recibir buenas calificaciones en lugar de estudiar por el puro placer de aprender, como le ocurría en sus primeros años de vida.
Si consigue que su hijo alcance pequeños objetivos por el placer de sentir la satisfacción personal que produce el lograr aquello que se proponga y le cueste un esfuerzo, logrará un niño autónomo, con una gran autoestima, seguro de sí mismo, capaz de conseguir todo aquello que se proponga y de salir airoso de las dificultades que encuentre en el camino.
A continuación se muestran algunas claves para trabajar la motivación intrínseca en el niño:
■ Genere expectativas adecuadas con lo que le pide a su hijo, ayúdele a fijar sus propias metas (no las que a usted le gustaría) y procure que éstas sean alcanzables, concretas y realistas.
■ Propóngale que descomponga el objetivo en miniobjetivos (fases del objetivo mayor), y que fije tanto el cómo lo celebrará cuando lo consiga cómo el qué sucede si no lo consigue.
■ Pídale que tome decisiones, respételas y permítale equivocarse, y si lo hace, acompáñele en el descubrimiento de la consecuencia y el aprendizaje que conlleva cualquier equivocación.
■ Utilice un lenguaje positivo.
■ Hágale ver cuáles son las cualidades que ve en él.
■ Evite los premios materiales.
■ Fomente su curiosidad
■ Ante las dificultades, pregúntele qué necesita.
Valeria Aragón
Coach infantil y familiar