Mindfulness o atención plena
El mindfulness o atención plena es un recurso que sirve para aprender a focalizar nuestra atención y nuestra presencia, darnos cuenta de lo que está ocurriendo a la vez que nos mantenemos presentes. La gran mayoría de los adultos vivimos nuestro día a día de modo automático, sin apenas ser conscientes del momento presente, pensando en lo que ocurrió ayer y los planes de mañana. Esto crea a menudo estrés y ansiedad, e impide disfrutar de lo que realmente importa: el “ahora”. Los niños comienzan sus vidas con gran curiosidad, absortos en el presente, comprometidos con la actividad que están haciendo en el momento, pero con el paso de los años van tomando el ejemplo de los adultos y comienzan a dejar esa práctica de lado, entrando en el modo automático que los llevará a la vida adulta. ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo a mantener su atención plena? Pongámoslo en práctica a partir de este preciso instante.
Darse cuenta en cada momento de todo lo que está ocurriendo a la vez que se mantiene presente le ayudará a prestar atención a muchas cosas ―como a tranquilizarse cuando esté enfadado, triste o frustrado y a notar cuanto está alegre y disfrutar de esta emoción―. El mindfulness es una herramienta inspirada en la meditación budista pero sin ninguna connotación religiosa, está orientada a prevenir el estrés, la ansiedad e incluso la depresión, tanto en adultos como en niños. Se aprende a través de la experimentación, con lo que comenzaré por enseñarle algunas técnicas que puede practicar a diario con su hijo. Antes le sugiero una recomendación para iniciarse en el mindfulness con el niño:
– No debe insistir en que realice la actividad si se muestra reticente, sino que mejor procure fomentar su curiosidad presentándoselo como algo divertido y proporcionando un espacio para la creatividad. Recuerde que si usted comienza a hacerlo, el niño terminará sintiendo curiosidad y probablemente se una sin que haya que insistirle. Cada niño necesita un tiempo de adaptación y de aceptación para realizar una actividad nueva para él.
Ahora sí, comencemos por las actividades que pueden realizar conjuntamente en familia:
■ Poner atención a la respiración. Un ejercicio que gustará a los más pequeños se puede realizar antes de irse a dormir: ponga un peluche sobre su barriga y centre su atención en cómo se mece, le puede decir al niño que van a dormir al muñeco y para ello van a mecerlo con sus barrigas, centrando toda la atención en la respiración para que el muñeco no se caiga y se quede muy dormido.
■ La escucha consciente. Detenga un momento su lectura y párese a escuchar cada uno de los sonidos que tiene a su alrededor al menos durante un minuto. ¿Le ha resultado complicado hacerlo? ¿Cuántos sonidos diferentes ha percibido? Este ejercicio lo puede hacer con su hijo utilizando, por ejemplo, una campana: toque la campana pidiéndole al niño que preste mucha atención a cómo se desvanece el sonido, hágalo durante varias veces (probablemente el propio niño le pida que la vuelva a tocar) y después céntrense en los sonidos de su alrededor. Cuando terminen pregúntele cómo se ha sentido y comenten lo que han escuchado.
■ Otro ejercicio que a casi todos los niños les gusta es contar algún cuento con una pequeña metáfora. En la red podrá encontrar muchos de ellos.
■ Veo y te veo: durante unos segundos manténganse sentados uno frente al otro con los ojos cerrados, cuando los abran mírense fijamente durante unos minutos. Es probable que al principio surja la risa o incluso algo de vergüenza, no se preocupe y céntrense en las emociones que aparecen al mirarse.
Este último ejercicio podrá realizarlo cada vez que aparezca una emoción incómoda, como puede ser el enfado, el miedo, la rabia o la ira. Pida al niño que escanee todo su cuerpo desde la cabeza a los pies y vaya descubriendo dónde se concentra la emoción, en qué parte del cuerpo. Una vez identificada pídale que le ponga un color a la sensación y que mantenga su concentración en ella, ¿se ha ido? ¿Se ha movido? ¿Qué color tiene ahora?
¿Cuándo va a comenzar a practicar? Puede hacerlo desde este mismo momento, ¿nota cómo le aprieta el pantalón? ¿Siente el calcetín en su pie? ¿Cómo es la luz que entra por la ventana?